NELSON MANDELA
(Nelson Rolihlahla Mandela; Mvezo, Transkei, 1918 - Johannesburgo, 2013) Activista y político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso, pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan.
Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia. Cumplidos los dieciséis años, pasó a formar parte del consejo tribal; tres años después, en 1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para cursar estudios superiores.
Pero cuando en 1941 supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio, Mandela resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en el superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter Sisulu, con quien trabó una amistad que sería determinante en todos los ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó a conseguir trabajo y a finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase, con la que contraería matrimonio en 1944.
UN LIDER NATO
En 1944, Mandela fue uno de los líderes fundadores de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del Congreso Nacional Africano; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, anti-rracista y anti-imperialista.
Un decreto de 1949 prohibió los matrimonios mixtos; otras leyes y reglamentos posteriores acabaron de configurar el sistema segregacionista: reconocimiento oficial de las razas, segregación a la hora de utilizar servicios (incluso el espacio de las playas) y separación en las fábricas y en los transportes públicos.
Bajo la inspiración de Gandhi, el Congreso Nacional Africano propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud del Congreso (presidida por Mandela en 1951-1952) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas. En 1952 Mandela pasó a presidir la federación del Congreso Nacional Africano de la provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
MATRIMONIO
En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza. Por aquellos años otra mujer irrumpió con fuerza en su vida: la asistente social Nomzano Winnie Madikizela, más conocida como Winnie Mandela, con la que se casó en 1958.
“Tu hermosa foto sigue ahí, a unos sesenta centímetros sobre mi hombro izquierdo, mientras te escribo esta carta. La limpio con cuidado cada mañana porque me produce la sensación agradable de que te estoy acariciando, como en los viejos tiempos. Incluso toco tu nariz con la mía para revivir la electricidad que corría por mi sangre cada vez que lo hacía”. Esta carta escrita por Nelson Mandela en 1976 durante su presidio en la isla de Robben, revela la pasión que sentía por su segunda esposa, Winnie Madikizela, quien lo había cautivado por su belleza. En realidad, el hombre que se convirtió en sinónimo de la democracia sudafricana sentía una debilidad por el sexo opuesto.
El recientemente fallecido Nelson Mandela pasó 27 de sus 95 años de vida en la cárcel. En 1956 fue acusado de alta traición por un supuesto intento de golpe de Estado, aunque fue declarado inocente. Sin embargo, el proceso provocó la ilegalización de su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA); por lo que el político empezó a trabajar desde la clandestinidad y creó un brazo armado del partido con el que viajó por todo el continente, encontrándose con diferentes líderes africanos. En 1961 fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Todo África, un movimiento clandestino que aceptaba el sabotaje como forma de lucha contra el régimen de la República Sudafricana.
DE LA CÁRCEL A LA PRESIDENCIA
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el Congreso Nacional Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería envuelta en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salió absuelta.
En febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
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Nelson Mandela, y su lucha a favor de la igualdad
Nelson Mandela, un protagonista de la historia del siglo XX, promovió la resolución pacífica de los conflictos y luchó por la igual de derechos en su país natal, Sudáfrica. Muchos años de su vida los vivió en prisión por combatir las políticas de segregación impuestas por el régimen llamado Apartheid.
Con este vídeo se puede ver su actividad y el gran trabajo que llevo a cabo:
Aunque parezcan una comparación excesivamente exagerada, en parte Mandela podría ser comparado con Jesucristo, porque aunque es verdad que no dio su vida por completo, pero si gran parte de ella por obtener el beneficio de la población negra sudafricana, por lo que Nelson podría considerarse como uno de los personajes más importantes para la historia de la igualdad.
PALABRAS DE NELSON MANDELA:
● Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada.
● Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario.